La astrología es el estudio de la posición y los movimientos de los astros y su influencia en los seres vivos y los acontecimientos del mundo. La palabra proviene del griego ἀστρολογία (astrología), que significa estudio o ciencia de los astros o las estrellas.
En sus inicios, la astrología era incluso considerada una disciplina académica de rango científico. Sin embargo, con los descubrimientos y la evolución de la física y la astronomía, fue siendo relegada a un segundo plano.
Orígenes de la Astrología
Ya desde los principios de la humanidad, los primeros pobladores se sentían maravillados ante el firmamento y comenzaron a observarlo con curiosidad y detenimiento.

En un principio aparecieron los primeros calendarios agrícolas que se utilizaban para predecir los cambios estacionales y para interpretar los ciclos celestes como señales de comunicación divina.
Los problemas agrícolas se resolvieron con el aumento de los conocimientos de los momentos en los que las constelaciones aparecen durante las diferentes estaciones del año, lo que permitió relacionar la presentación en el cielo de ciertos grupos de estrellas con las inundaciones anuales o los momentos estacionales propicios para ciertas actividades.
Ya en la Prehistoria y Protohistoria encontramos monumentos circulares y artefactos que nos desvelan un alto nivel de conocimiento astronómico. La cultura de la Europa del Neolítico y de la Edad de Bronce estuvo marcada por una especie de “culto solar”, así como lo indican una serie de hallazgos arqueológicos con simbología astral.
Hace miles de años años que los sacerdotes caldeos usaban torres de observación para trazar mapas del cielo. Poco a poco se fueron dando cuenta de cómo el movimiento de los astros parecía tener cierta influencia en la vida humana, por ejemplo, la luna sobre las mareas.
Los babilonios fueron el primer pueblo que sistemáticamente aplicó sus mitos a las constelaciones y la astrología, describiendo por primera vez los doce signos del zodiaco junto a los mesopotámicos. Los egipcios les siguieron poco después refinando el sistema astrológico babilónico, aunque serían los griegos quienes lo desarrollaron hasta que alcanzó su forma moderna.
En un principio dividieron la eclíptica en doce zonas basados en las constelaciones y luego se dieron cuenta de que cada vez que los planetas pasaban por esas zonas se repetían ciertos fenómenos y que los nacidos en ciertas fechas compartían algunas características.

La astrología horoscópica apareció por primera vez en el Egipto helenístico. La conquista de Asia Menor por Alejandro Magno permitió la propagación de la astrología a las antiguas Grecia y Roma. Éste funda la ciudad de Alejandría, convirtiéndose en el lugar en donde la astrología babilónica se mezcló con la astrología decánica egipcia y generó la astrología horoscópica.
Fue el matemático, astrólogo y astrónomo griego Ptolomeo quien jugó un papel muy importante en el desarrollo de la astrología horoscópica occidental. Su obra “Tetrabiblos” (escrito entre el 161 y 139 A.C.) sentó las bases de la tradición astrológica occidental. Ptolomeo explicó por primera vez detalladamente la función de planetas, casas y signos del Zodíaco, quedando establecida hasta tal punto que a día de hoy casi no ha habido variación al respecto. Ptolomeo vivió en el siglo II d. C., tres siglos después del descubrimiento de la precesión de los equinoccios por parte de Hiparco, que se produjo hacia el año 130 a. C.
En esta última, la astrología fue asociada con la «sabiduría caldea». El texto griego más antiguo existente donde se utiliza la división babilónica del zodíaco en doce signos iguales de 30 grados es el conocido como “Anaphoricus de Hipsicles de Alejandría”, escrito en el año 190 a. C. Además, el “Zodiaco de Dendera” esculpido en piedra es la primera representación conocida del clásico zodiaco de doce signos.
Después de la conquista de Alejandría por parte de los musulmanes, en el siglo VII d. C., la astrología fue estudiada por los eruditos islámicos quienes tradujeron los textos helenísticos al árabe preclásico y al persa medio. Durante el siglo XII d. C. los textos árabes fueron importados a Europa y traducidos al latín, lo que ayudó a iniciar el Renacimiento europeo cuando los principales astrónomos como Galileo Galilei (1564-1642), Tycho Brahe (1546-1601) y Johannes Kepler (1571-1630); fungían como astrólogos de las respectivas cortes reales de sus países.
Los astrólogos eran los teóricos, los investigadores y los ingenieros de la sociedad, también daban asesoramiento personal a cada monarca. Entre otras cosas, estos aconsejaban sobre el mejor momento para hacer un viaje o recoger la cosecha, diagnosticaban enfermedades físicas o mentales y hacían prescripciones médicas; y predecían desastres naturales. Todo esto se sustentaba en un sistema en el que el Todo —la gente, el mundo, el universo— está interconectado. La astrología coexistió tranquilamente con la religión, la magia y la ciencia.
Muchas culturas, además de la occidental, como la hindú, la china, la maya y otras más, también le han atribuido importancia a los eventos astronómicos por lo que desarrollaron elaborados sistemas para predecir los eventos terrestres basándose en las observaciones de la bóveda celeste. Es así como podemos encontrar distintos tipos de sistemas astrológicos.

A lo largo de su historia, la astrología fue aceptada en los contextos políticos y académicos como una tradición erudita y era parte integral de otros estudios como la astronomía, la alquimia, la meteorología y la medicina. Hacia el final del siglo xvii d. C., nuevos conceptos como el heliocentrismo de la astronomía y la mecánica newtoniana de la física, pusieron en duda los fundamentos de la astrología, logrando con ello que la misma perdiese su posición académica y teórica.
Fue así, como durante muchos años, la astrología y la astronomía caminaron de la mano. ambos fueron considerados una ciencia. Ahora, se han dividido con claridad, mientras la astronomía se dedica al estudio de los aspectos físicos del universo, la astrología se dedica a los fenómenos “psíquicos”. Por tanto, la astronomía puede denominarse ciencia «objetiva», mientras que la astrología debe llamarse ciencia «subjetiva».
Con el tiempo, la astrología fue atacada y marginada después de la elevación del cristianismo como la religión de estado del imperio romano. Pero en las postrimerías de la Edad Media recuperó su reputación, y desde el Renacimiento hasta el siglo xvii d. C., era aceptada como una ciencia. Sin embargo y a raíz de la Ilustración, perdió credibilidad entre los académicos. Desde 1900 surgió un nuevo interés en la astrología y desde 1960, gracias al movimiento de la nueva era que apareció en el hemisferio occidental, ella recuperó su popularidad.
Reaparece además en el campo científico a través de la psicología profunda desarrollada por Carl Gustav Jung (1875-1961), quien estableció una fuerte relación entre la astrología y la psicología.
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Amada K