¿Se te hace familiar que un chico te llame solo de vez en cuando para pasarla bien, ver películas juntos, pasar la noche contigo y luego se desaparece unos días, para luego aparecer de nuevo e invitarte a comer algo o conversar, pero nunca termina por quedarse definitivamente? Entonces, quizá estés experimentando lo que los psicólogos llamen una relación de “renting”, aunque el término suene bastante despectivo.
Las relaciones de “renting” son aquellas donde dos personas comparten momentos de sexo, intimidad emocional, cariño, pero en la cual una de ellas no asume un compromiso con el otro. Solamente aparece o busca a la persona cuando la necesita o desea estar con ella, mientras que la otra parte siempre se queda esperando que formalicen el vínculo y en esa situación pueden pasar años, lo que termina por desgastarla emocionalmente.
Definición de amor Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Francisco de Quevedo
El término viene del inglés y significa “rentar”, como si solo se tratara de un intercambio de alquiler o renta de un servicio temporal y no estuvieran implicadas las emociones humanas, y no se trata de los “amigos con derecho” o relaciones abiertas, ya que no son consensuadas ya que no se “habla ni se ponen las cartas sobre la mesa desde un principio”. De hecho, el vínculo tiene en apariencia “estabilidad” porque hay cariño, actividades juntos, llamadas, mensajes de forma más o menos frecuente pero una de ellas está enamorada, mientras el otro solo se divierte y no hay en absoluto “responsabilidad emocional”.
Este tipo de historias suelen comenzar en un momento de tu vida en el que quizá no se estaban planteando algo serio, o simplemente comienzan a probar cómo les va, pero al cabo de un tiempo, uno termina más implicado que el otro e incluso “enamorado” mientras que el otro no piensa en “enseriarse” porque le resulta cómodo estar así.
En ocasiones, el que entrega más es capaz de dejar todo de lado por estar con él o ella, está más pendiente de complacerlo y darle gustos, tener detalles, estar siempre allí disponible, mientras que el otro solo recibe y mantiene una actitud pasiva en la relación.
Generalmente, detrás de este tipo de relaciones hay una persona que se siente vacía, sola y que depende emocionalmente de la otra, por lo que debe revisar su amor propio y su capacidad de valoración.
Por el otro lado, hay otra persona que se deja querer y obtiene ciertos beneficios, como no perder su libertad y esperar a que aparezca otra persona que le guste más.
Con el tiempo, la persona “enamorada” se siente insatisfecha y se da cuenta que quizá eso no es lo que quiere para sí y comienza a dar muestras de descontento e infelicidad que quizá incomodan al otro. Por eso es importante que se sinceren y tomar una decisión a tiempo.
Tomar una decisión de finalizar una relación de “renting” puede ser difícil por el miedo a quedarse solo/a o a perder lo poco que recibimos de la otra persona y a veces pasa que cuando uno decide dejar a esa persona, la otra vuelve de forma egoísta una y otra vez y el que está más “enamorado” o “dependiente” termina cediendo ante sus deseos con la esperanza de que todo cambiará y al final esa se quedará, pero piensa si de verdad quieres conformarte con “migajas” de amor.
Amada
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