Samhain y Halloween: honrando la vida, solo estamos de paso

“Agradezcamos la vida, solo estamos de paso…”

Aunque hoy en día conozcamos el Halloween como una fecha comercial de disfraces y trucos más cercana a las películas de terror, el origen de esta celebración es mucho más mágico de lo que todos se imaginan. Antiguamente se trataba de un día muy especial durante el cual se abría un portal que servía de comunicación entre la vida y la muerte, más allá de las risas y los trucos. Era un momento sagrado de recogimiento no solo físico sino espiritual, muy parecido a lo que vivimos bajo la influencia del sol en Escorpio. Un viaje a las profundidades, que nos invita a la introspección y a mundos secretos. Un contacto con la intuición, con otras dimensiones y con los temas más complejos de la existencia. Esta celebración, conocida originalmente como Samhain, ha sido retomada por las nuevas religiones paganas como la Wicca y el Druismo como una invitación a ver sin temor el contacto con nuestros ancestros y espíritus como parte natural de la vida como lo hacían nuestros antepasados.

¿Cual es su verdadero origen?

El actual Halloween tiene sus orígenes hace más de 3000 años en la festividad celta de Samhain (noche de año nuevo en el mes Samonios), quienes celebraban el punto medio del otoño y se preparaban para el inicio del invierno al finalizar su cosecha. Su nombre se debe a la palabra gaélica que significa fin del verano. Los celtas eran un pueblo guerrero que habitaba zonas de España, Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. En ese momento se guardaba el alimento, y se sacrificaban los animales para los duros y fríos momentos de oscuridad, cuando los días se hacían más cortos y las noches más largas. Era como una  pequeña muerte, pues era momento de hibernar y recogerse para evitar las inclemencias del tiempo. Es demasiado bello imaginar como antes las viejas culturas estaban más cercanas a la naturaleza y sus ritmos; y su forma de subsistencia, sus ritos, sus costumbres, se fundían en una sola alma con la tierra y le daban vida a cada ciclo lo que marcaba los diferentes momentos del año. Así es como se celebraban los solsticios y equinoccios. Eran momentos de encuentro, de comunión, de hacer un balance de lo logrado hasta el momento, de recoger los frutos de los esfuerzos.

Los celtas encendían grandes hogueras para ahuyentar los malos espíritus, se vestían con pieles, practicaban la adivinación, escuchaban atentamente a sus sacerdotes, además ahuecaban nabos como lámparas, lo que hoy ha sido sustituido por las calabazas con velas para iluminar como decoración así como los disfraces. La costumbre era dejar comida y dulces fuera de las casas y encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y el descanso. Los celtas iban recogiendo alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses así como los niños hoy en día recorren las casas pidiendo “dulce y truco”. La intención era rogar por buenas cosechas, librarse de enfermedades y pedir paz para los familiares que ya no estaban.

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Rituales para celebrar Samhain o Halloween

Esta impactante celebración sobrevivió al tiempo y llegó de la mano de los emigrantes irlandeses a Norteamérica, siendo conocida en el inglés antiguo como “All Hallow Even” (o víspera de todo lo sagrado), de cuya contracción deriva el actual Halloween. Su equivalente más importante en nuestra cultura latina es la espectacular celebración del día de los muertos en México y el día de todos los santos y los difuntos en otros países como herencia de la religión católica quien consideraba como paganas todas esas ceremonias. Lo más importante es que reflexionemos sobre el sentido positivo de esta fecha y no nos dejemos llevar por su deformación, por los extremistas religiosos y la que la utilizan como fuente de energías negativas. Es un día para cambiar de estilo, podemos hacer rituales de limpieza, elevar nuestra vibración, meditaciones, relajación, comenzar un diario, respirar, visitar a nuestros familiares que ya se han despedido, honrarlos una velita o un altar, hacer una oración por ellos, reflexionar sobre la delgada línea que separa el mundo de los vivos y el más allá, llenar de flores el hogar, pensar en todas las generaciones que nos precedieron y agradecerles por legarnos la vida, dar gracias al cielo por estar vivos y todas nuestras bendiciones.

Hagamos de esta, una noche mágica, diferente, con un ritual purificador en el cual podamos despedirnos de todo lo que deseamos desprendernos, como por ejemplo personas que nos hacen daño, que ya no desean estar en nuestras vidas, malos hábitos, miedos o malos recuerdos y experiencias. Sería como un renacer de las cenizas, igual que lo hace el ave Fénix, y una de las lecciones más importantes de Escorpio. Hagamos de este un tiempo de comienzos, donde se puede eliminar todo lo negativo y empezar de nuevo. Las invito a que nos convirtamos en las nuevas “mujeres brujas, madres y ancianas sabias y sanadoras”, bellas, apasionadas y conscientes de su poder que alineadas con el universo y la naturaleza cada día iluminan el camino de la humanidad.

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¿Qué áreas de la vida debe proteger cada signo?

Aries: sexo, intimidad, entrega, herencias, préstamos y deudas.

Tauro: relaciones de pareja y sociedades.

Géminis: el trabajo y la salud.

Cáncer: sus hijos, romances y creatividad.

Leo: la familia y el hogar, las raíces, los padres.

Virgo: las comunicaciones y viajes cortos.

Libra: el dinero y los valores.

Escorpio: la imagen frente al mundo.

Sagitario: los secretos, trabajar los miedos.

Capricornio: amigos y grupos.

Acuario: carrera profesional y vida pública.

Piscis: viajes y todo lo relacionado con el exterior.

¡Feliz Samhain para todos!

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