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La relación ESCORPIO-PISCIS

 

El momento más fascinante para verlos es aquel en que cambia la luna, cuando emiten extraños gemidos; pero entonces la laguna es peligrosa para los mortales. Si alguna vez hubo criaturas más clarividentes que éstas, que vivieran en un mundo más efímero y embrujado con lo inefable que aquel en que viven el Pez y el Escorpión, sólo podrían haber estado en la tierra intermedia. En verdad, estos dos (como Piscis y Cáncer, y como Escorpión y Cáncer), viven en una especie de Tierra Intermedia imaginaria de su exclusiva propiedad… cerca de una de sus lagunas, claro está. Muy pocos amigos suyos pueden entenderlos cabalmente cuando están juntos, pero sí se entienden el uno al otro, profundamente… y por lo general divinamente. He aquí otra de las configuraciones de signos solares 5-9, que en este caso particular vibra a través del elemento Agua, el cual es más místico y misterioso, más intangible y esquivo, que las vibraciones de las configuraciones 5-9 de Fuego, Aire o Tierra. Piscis y Escorpión son atraídos magnéticamente el uno hacia el otro mediante una comprensión silenciosa y poderosa. Conozco a un Pez y un Águila de Escorpión que no experimentaron este tipo de empatía instantánea cuando se conocieron, y que aún no la experimentan. Pero esto se debe a que el ascendente y la Luna del Águila están ambos en Virgo, en oposición al Sol del Pez, y a que otros planetas también se encuentran en un aspecto negativo entre sus cartas. Sin embargo, merced al trígono natural entre sus signos solares, la influencia 5-9 los ha inducido a poner mucho empeño en comprenderse el uno al otro. Incluso cuando otras configuraciones planetarias diluyan el efecto positivo de sus Soles en trígono, existirá una atmósfera de gran comprensión, harán algún esfuerzo por intimar y casi nunca serán enemigos o tendrán una neta incompatibilidad. Tanto si la asociación es entre progenitor e hijo, entre maestro y alumno, entre amigos, entre colegas, entre amantes o entre consortes, Piscis y Escorpión casi siempre sintonizarán sus respectivas mentes como si fueran un par de aparatos de radio de onda corta en la frecuencia del eterno ahora.

Normalmente (o sea no siempre, pero sí en la mayoría de los casos) existirá entre ellos una asombrosa comunicación telepática, una vez que se confirme que son algo más que simples conocidos de paso. Esto será así tanto si están separados por una habitación como si lo están por un continente. Sí, aunque estén separados por planos dimensionales, tales como los que reciben los nombres de «vida» y de «muerte». El centro generador de la conexión astral de este tipo no depende de la distancia: ni de la distancia terrenal ni de la distancia entre las tercera y cuarta dimensiones de «vida» y «muerte», respectivamente. Habrá momentos en que estos dos andarán por un aula, una oficina o una casa sin dar muestras visibles de que captan sus respectivas presencias. Cualquier testigo próximo podría jurar que ninguno de los dos nota siquiera la presencia del otro, porque a menudo intercambian pocas palabras. El Pez y el Escorpión típicos hablan frecuentemente sin hablar, porque comparten una configuración mental silenciosa que funciona por simpatía, y por tanto pueden comunicarse sin contacto verbal -(las palabras son superfluas), más o menos mediante el sistema telepático de los visitantes del espacio que según dicen algunos se han comunicado con los terráqueos. No exactamente así, pero sí con el mismo esquema conceptual. La madre Escorpión sabe frecuentemente, sin que se lo digan, cuándo su hijo o hija Piscis está preocupado… e incluso por qué. Y viceversa. El empleador Piscis comprende la tensión de su empleado Escorpión… y la causa de ésta. Y viceversa. Los amantes y cónyuges —o amigos— Piscis y Escorpión e incluso los (niños) compañeros de juego, pueden intuir sus respectivas alegrías y penas. Comprenden sus respectivas conversaciones. Con tanta empatía, podrías pensar que estos dos no deberían tener ni una sola área de fricción a su nombre. Infortunadamente, no es así. Si bien el Cielo en la Tierra está cada vez más cerca, aún no ha sido totalmente consolidado. El primer problema de la relación entre el Pez y el Águila gira en torno de la debilidad y la fortaleza. Adivinen quién gana la batalla a última hora… cuál es más fuerte, cuál es más débil. No teman arriesgar una conjetura. Ya saben bastante de astrología como para someterse a este examen.

¿El Escorpión es más fuerte, el Piscis más débil? No. Es al revés. Quizá no notaste la estructura de la pregunta, que incluía la frase «a última hora». Claro que al principio el Escorpión parecerá ser el más fuerte de los dos. Los dos pertenecen al elemento Agua, y como el agua es el más fuerte de los elementos, por razones que les he explicado, ello significa que los dos son resistentes. Además, Escorpión tiene todo ese poder de Plutón acerca del que he escrito… o acerca del que habrán oído hablar o habrán leído en otra parte. Sin embargo, el poder de Plutón se funda, en gran medida, sobre el EGO. El ego humano. El poder de Neptuno (Neptuno es el regente de Piscis) se funda sobre una fuerza que ningún arma del Cielo o la Tierra, de ningún sistema solar, universo o galaxia, puede derrotar. Se llama… humildad. ¿Ven que he escrito EGO con mayúsculas y humildad con minúsculas? Ésta es precisamente la razón por la cual, al hacer el balance final, la segunda es más poderosa que el primero. Esto está estrechamente asociado con el «…muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros». El mensaje requiere meditación. En el plano de la personalidad humana, el Escorpión que inicia una relación con un Piscis pensando que podrá engullirse al pobre Pececillo merced a la fuerza de una naturaleza más vigorosa y apasionada… recibirá una sorpresa. Ya saben cuán difícil es sorprender a un Escorpión. Sin embargo, no es imposible. En una competición de voluntades o de sorpresas, el Pez dará la última sorpresa. Y será una auténtica bomba, totalmente inesperada. Encárenlo así. Si ven a un escorpión de la Naturaleza trabado en algún tipo de competición con un pez , ¿cuál de los dos se movía más rápida e imprevistamente? ¿Prefieren utilizar como ejemplo simbólico al águila de Escorpión? De acuerdo. ¡Adelante! ¿Cuál puede desaparecer más velozmente, sin dejar señal ni huella… un pez en el agua o un águila en el cielo? Miren. El pez ya no está aquí, pero el águila… bueno, ¿ves esa manchita allá arriba, detrás de aquella nube lejana? Usen sus binoculares. Ahora ven la manchita, ¿no es cierto? No intenten usar los binoculares para descubrir al pez. Los binoculares no funcionan en «el abismo».

Espero que no discutan por dinero. Pero quizá lo hagan. El Pez típico peca por generoso (si ello es posible, pero no creo que lo sea, porque ningún exceso de generosidad debería ser catalogado como un pecado) y lo mismo vale para el Escorpión, cuando se trata de amigos íntimos, de familiares o de quienes los regidos por Plutón denominan «los merecedores». Escorpión es pródigamente generoso con éstos, pero con todos los demás el Águila puede ser un poco mezquina. A Piscis no le interesa realmente saber quiénes serán los beneficiarios de su generosidad. No todos pero sí la mayoría de los regidos por Neptuno, aplican inconscientemente la filosofía del manzano. Este no les pregunta a quienes saborean su fruta: «¿Lo merecen? ¿Son amigos o parientes?», para luego retraer sus ramas si no recibe la contraseña correcta. El manzano da por igual a dignos e indignos, siempre por la misma razón: si el árbol no diera sus frutos, moriría. El Piscis medio piensa más o menos así. En el corazón de Neptuno hay algo que se marchitaría y moriría si el chico o la chica Pez no pudiera dar generosamente cuando el espíritu se lo solicita, cosa que ocurre con maravillosa frecuencia. Piscis podría ayudar a Escorpión para hacerle comprender el significado que se ocultaba detrás de las palabras del Nazareno, cuando preguntó: «¿Por qué os preocupáis tanto por vuestras riquezas? ¡Oh, hombres de poca fe! No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos [¿dónde dormiremos?, y así sucesivamente]?… Buscad primeramente el Reino del Cielo [dentro de vosotros mismos] y todas estas cosas os serán añadidas». Como Escorpión arde en deseos de demostrar la verdad-oculta-detrás-de-la-verdad de todos los misterios religiosos, cualquier Águila se beneficiará inmensamente si reflexiona sobre estas palabras. Sólo cuando el Escorpión entienda cabalmente el mensaje, con compasión final, el Pez y el Águila podrán recorrer un camino esclarecido, mano a mano y corazón a corazón… un camino llano, limpio de los guijarros de reyertas, competiciones o malentendidos. La mayoría de los Piscis realmente «no piensan en el mañana». Y creen sinceramente «ya es suficiente con las desgracias del día de hoy». Más que suficiente, a juicio de la mayoría de los Peces, que, según parece, están eternamente implicados y complicados en las tribulaciones de todos los demás, aparte de las suyas, incluidas las del cartero, las del perro o el gato del vecino, las del Presidente, las de la tía, las de una línea aérea, las de diversos amigos, parientes y figuras públicas.

A la inversa, Escorpión, por ser un signo fijo; piensa mucho en el mañana. Es una compulsión. La fijeza de Escorpión induce a estos hombres y mujeres (y niños) a asegurarse de que tienen algo en reserva para los años de las vacas flacas: algún tipo de seguro por si les cae encima un golpe del destino o la voluntad de Dios (es lo mismo). Los Escorpión tienden a pensar en un futuro muy, muy lejano, para precaverse contra cualquier calamidad que puedan sobrevenirles entonces. Los Cáncer también proceden así, pero su cautela es de otro tipo, porque la acumulación prevista de cataclismos, tragedias y emergencias que temen los Cáncer sólo se materializa en un pequeño porcentaje de casos, hablando en términos relativos, mientras que las desgracias que Escorpión intuye con sus facultades precognitivas casi siempre ocurren (por desgracia) puntualmente. Probablemente Noé era un signo solar Escorpión (o tenía la Luna o el ascendente en Escorpión). Al Pez también dotado de facultades parapsicológicas no le resultará fácil disuadir a Escorpión de este punto de vista. Ni siquiera un Piscis habría tenido mucho éxito si le hubiera dicho al profeta y patriarca Escorpión: «Escucha, Noé, todos piensan que sólo un chiflado como tú puede armar tanto lío por un charquito de agua que probablemente se secará mañana…». En verdad, aunque los Piscis son mucho menos propensos que los regidos por Plutón a ofuscarse y desvelarse por problemas futuros imaginados, cuando el Pez tiene una corazonada o una intuición realmente contundente, es posible que se deshaga de su displicencia desaprensiva e informal y que comparta la preocupación del Escorpión. En raras situaciones, esto es.

Generalmente, Piscis opina que Escorpión monta una linda tempestad en un vaso de agua. Hay excepciones, naturalmente, pero convendría notar que Escorpión tiende al silencio, seguido por períodos de cavilación… en tanto que Piscis tiende a la locuacidad, seguida por períodos de cavilación. Ésta es la configuración Neptuno-Plutón, que puede comenzar con una disonancia, para luego distanciarse y reencontrarse en la similitud antes del final del camino… o que puede empezar al unísono (con la cavilación), pero que luego se bifurca en direcciones distintas antes del final del camino. (Ésta es una meditación vital y profunda, que vale la pena estudiar y no rozar superficialmente.) Después de admitir nuevamente que hay excepciones, digamos que algunos Escorpión son, en términos generales, un poco más propensos que los Piscis a seguir una carrera universitaria. «Piensen —comenta el Águila—, lo que podría haber hecho Maquiavelo si hubiera estado en mi lugar, sujeto a la presión que ha recaído últimamente sobre mí.» El Pez no puede pensarlo, porque no sabe muy bien quién era Maquiavelo. Pero Piscis lo indagará más adelante. Cuando la gente les dice algo a los Piscis, a éstos les gusta averiguar de qué se trata. Aunque un Pez haga escarnio de la universidad, él (o ella) admira secretamente lo que los demás aprenden en los claustros tapizados de hiedra. Mejor dicho, la admiración del Pez dura hasta que se descubre que el Escorpión pertrechado con un título de bachiller, licenciado o doctor, no consigue entender cómo se puede haber grabado la voz humana sobre una pieza de cuarzo, en la Atlántida… ni tampoco si se la pudo haber grabado. «Bueno —dice Piscis—, verás, funciona más o menos así…».

Adaptación de Linda Goodman

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3 respuestas a “La relación ESCORPIO-PISCIS”

  1. Muchísimas gracias. Soy Escorpión, y Hace unos 15 años, mi esposa Piscis consiguió en un kiosco este análisis de la Relación Escorpio-Piscis y sencillamente me fascino, pero nunca supe de cual Libro provenía. Eres un Sol, te agradezco la información infinitamente. Te deseo Mucha Paz, Amor, Felicidad, Salud y Prosperidad.

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