La conexión telepática que existe entre todos los amantes y consortes guiados por la vibración de la configuración de signos solares 5-9 nunca es menos que poderosa, pero el cordón de percepción extrasensorial que centellea entre un hombre y una mujer influidos por las vibraciones 5-9, que además nacieron ambos bajo signos de Agua, no dista de ser milagrosa. Cuando experimentan su tironeo mutuo en los buenos momentos, es una bendición maravillosa, hechizada. Sin embargo, en sus malos momentos, cuando se han separado temporalmente (las parejas 5-9 rara vez se separan permanentemente, a menos que existan serios antagonismos entre sus cartas natales)… en estos trágicos períodos, digo, el tironeo del cordón puede tener más parecido con una maldición que con una bienaventuranza. Los tortura con recuerdos, y peor aún, les permite saber con increíble precisión, casi todo lo que el otro hace y piensa. Y si bien lo que el otro piensa es casi siempre favorable, lo que el otro hace puede ser considerablemente desagradable para el que recibe el mensaje telepático, porque cuando estos dos riñen, cada uno trata de demostrarle a la mitad faltante una indiferencia total. Como Cáncer y Piscis fingen muy bien, pues los dos son actores talentosos, las ficciones y los dramas que cada uno de ellos monta pensando en el otro pueden ser tremendamente perturbadores. Sobre todo si se suma el hecho de que tanto la chica Pez como su manso Cangrejo tienen una imaginación excepcional. La tendencia imaginativa neptuniana de ella y lunar de él tiñen a veces con matices engañosos los que originalmente eran auténticos mensajes recíprocos, y producen sufrimientos innecesarios.
A todo hombre Cáncer le gusta que lo mimen como a un niño (y a veces incluso lo exige). Que lo adoren como mamá lo adoraba (o como mamá debería haberlo adorado, tanto da). Realmente es muy sencillo. Si le enseñaron a recoger sus calcetines, a encarar con madurez sus emergencias personales, a lavar sus platos y, en general, a ser independiente en lo emocional y en todo lo demás, al mismo tiempo que lo amaban afectuosamente, entonces, en su relación con la mujer que lo ama o se convierte en su esposa, él pretenderá que sea cariñosa y leal, y a cambio de ello asumirá su parte de responsabilidad en las faenas domésticas, y su parte de culpa por los trastornos y tensiones emocionales que siempre se producen, de tiempo en tiempo, en toda asociación íntima, ya sea entre padres e hijos o entre amantes o consortes. Y los dos vivirán, en general, eternamente felices, como prometió Hans Christian Andersen. Sin embargo, si «mamá» lo malcrió en su infancia, pretenderá inexorablemente que la mujer que lo ama en su etapa adulta también lo malcríe. Que lo ame cariñosa y lealmente, sí, pero también que le recoja los calcetines, que no le pida que comparta las faenas domésticas, que cocine para él, que sea su esclava, que lo adore y lo venere, que le diga que tiene razón aun cuando está equivocado, que lo defienda de sus enemigos, que le brinde apoyo emocional… y que nunca le pida que asuma el peso de la responsabilidad por cualquier desavenencia que surja entre ellos.
Afortunadamente, la chica Piscis está muy bien pertrechada para este tipo de cuidados tiernos y cariñosos, y en la mayoría de los casos tendrá éxito, aunque tal vez para ello deba sumergir más de lo conveniente su propia personalidad y estilo de vida. Es posible que sus sueños queden relegados detrás de los de él, y ella deberá tomar la mayoría de las iniciativas de reconciliación después de una disputa, y deberá hacer la primera tentativa encaminada a allanar todos los malentendidos. Él llorará sobre el hombro de ella más a menudo de lo que ella podrá llorar sobre el de él cuando se sienta insegura y preocupada. La bella humildad de la chica Pez, su corazón comprensivo, su auténtica necesidad de hacer felices a los demás, y su generosidad esencial, harán que las cosas salgan bastante bien… si ella le enseña gradualmente, con mucha delicadeza, a ser un poco más maduro en el plano emocional, y a tratarla como una persona dotada de sentimientos, que a veces también necesita comprensión. Si ella omitiera educarlo y adiestrarlo gradualmente hasta hacerle comprender sus propias necesidades personales, individuales (las de ella), se encontrará en el mismo aprieto en el que se encontró su madre al tomar conciencia de la situación. A una dama de Neptuno le resulta muy fácil cruzar la tenue línea divisoria que separa la humildad del masoquismo, la sumisión del martirio. Hay otro tipo de Cangrejo, el hombre Cáncer que sufrió algún auténtico menoscabo mientras era un cangrejito. Quizá se quedó huérfano o fue adoptado, o si no, sus padres estaban demasiado atareados para dispensarle la atención que necesita todo joven Cáncer. Quizá su madre era fría, en lo emocional, y él se durmió muchas veces llorando, ávido de ese afecto tangible que se traduce en la narración de cuentos, en fuertes abrazos y besos de despedida en la punta de la nariz. Quizá se crió en la pobreza, y sus sueños se poblaban todas las noches con las voces de adultos preocupados por el dinero, por la forma de equilibrar los gastos con los ingresos, lo cual lo hacía sentirse inconscientemente culpable de provocar un gasto adicional por el solo hecho de ser, de existir, de haber nacido.
Si ésta es la historia de la infancia del hombre Cáncer que ama, la chica Piscis tendrá una tarea titánica entre manos. Deberá ser su psicólogo, su psiquiatra, su mejor amiga, su madre y su padre (los dos), para no hablar de su amante y de su encantadora imagen de la feminidad montada sobre un pedestal. Un ángel puro que no lo odiará ni le volverá la espalda cuando él se comporte como un puro demonio. En síntesis, ella deberá restañar todas las viejas heridas de antaño, con paciencia y compasión perennes, hasta que la magia del amor realice por fin su misteriosa alquimia… y un día él descubra, al despertar, que ha conquistado en forma lenta pero segura la confianza y la fe permanentes en sí mismo. Sólo entonces él podrá amarla tan desinteresadamente como ella lo ama a él. Una ley inflexible de la naturaleza humana estipula que deberán estimarse y respetarse realmente a ustedes mismos antes de poder amar auténticamente a los demás. Gracias a la misteriosa vibración 5-9, la chica Pez no se alarmará cuando se dé cuenta de que el hombre que ama pertenece a una de estas dos últimas categorías de varones Cáncer, entre las tres posibles. Nació con más aptitudes que la mayoría de las personas para resolver las complicaciones de las relaciones humanas. Otro de sus talentos de Neptuno consiste en aceptar los problemas, ya sean éstos grandes o pequeños, y en decidir la forma de abordarlos con paciencia y tranquilidad. Le resulta fácil resistirse a que las dificultades la ofusquen excesivamente, y toma las cosas con naturalidad, gracias a su sosiego y serenidad interiores, y a su buena disposición para que una inteligencia superior a la suya guíe el resultado final de todas sus esperanzas y ensueños. Hará todo lo posible por superar los obstáculos que se levantan en su camino. ¿Qué más se puede hacer? A su juicio, seguir preocupándose por algo después de haberle consagrado sus mejores esfuerzos, es un derroche inútil de energía. Los Piscis no tienen fama de ser hiperactivos. Tampoco se trata de que la mujer Pez sea completamente inmune a los accesos de llanto y desesperación, a sus propios talantes de miedo e inseguridad. De cuando en cuando se entrega a la depresión. Pero rara vez transcurre mucho tiempo antes de que recupere su filosofía displicente, esa especie de fatalismo positivo, y entonces vuelve a desplegar su propia personalidad serena y brillante. La noción de fatalismo positivo parece paradójica, pero en realidad no lo es. Sencillamente significa que aceptan lo inevitable, y confian en que un destino más sabio lo enmiende todo al final.
A su instinto neptuniano se suma su perspicacia. Ella es suficientemente sensible como para captar el resplandor de un diamante antes de que lo tallen y lo pulan. Su imaginación la ayuda considerablemente para ello. También es capaz de ver todas las sólidas virtudes del Cangrejo amado, sus posibilidades y potenciales multifacéticas como consorte para toda la vida. Se siente cómoda al lado de él, porque no es agresivo ni exageradamente crítico (excepto en sus malos lunes y viernes, cuando se enfurruña por un cambio de Luna). Él exhala una suavidad que la conmueve, y simultáneamente irradia tenacidad, junto con un obvio sentido de responsabilidad que la hace sentir segura: del futuro, de la devoción de él, y de su propia feminidad. Es un hombre afable, un hombre sosegado. Y ella también es una mujer afable, sosegada. De alguna manera, la proximidad de él le produce una sensación de paz y rectitud. Él es espabilado, tiene un estupendo sentido del humor. La hace reír, y llorar… le cuenta historias fascinantes… es ingenioso, inteligente y suficientemente versátil como para intrigarla y mantenerla en suspenso. Personifica la combinación justa de estabilidad e imprevisibilidad que se necesita para hacer interesante la vida, para impedir que el amor se ponga rancio por la acción del hábito fijo. Además de contar con todos estos atractivos, es un amante cortés y encantador. Sabe leer el pensamiento (como ella lee el de él), y siempre parece saber cuál es el momento en que más necesita que la rodee con sus brazos… en que más anhela evadirse con él al mundo privado de su pasión y de los secretos que comparten.
Sin pronunciar una sola palabra, estos dos sabrán cuándo ha llegado la hora de que la expresión sexual de su amor los envuelva y apacigüe las aguas agitadas, como siempre consigue hacerlo la unión natural del hombre y la mujer. El único problema que puede aflorar en su compatibilidad física se planteará si él omite hacerle saber cuánto la necesita, si se concentra demasiado en sus temores y angustias innombrables, pues entonces ella se replegará dentro de sí misma y se tornará temporalmente frígida. Pero cuando él se tome el tiempo indispensable para ser tierno, ella reaccionará como una flor ante la lluvia. O es posible que él se arrastre en algún momento dentro de un caparazón de fingida indiferencia cuando ella se muestre un poco sarcástica o enérgica con él después de una discusión. Es tan inusitado que la mujer Piscis sea verbalmente cruel y «enérgica», que en las raras ocasiones en que sí lo sea el susceptible Cangrejo podrá experimentar una chocante sensación de rechazo. Pero estos son detalles minúsculos, y después de un tiempo el fuerte magnetismo que une a Cáncer y Piscis volverá a triunfar, y los arrojará nuevamente a uno en brazos del otro, sanos y salvos. Tanto el Cangrejo como el Pez son tenaces, cada uno a su manera. La tenacidad de la mujer Piscis proviene de su renuencia a creer que el fracaso es permanente, pues la sustenta espiritualmente la conjetura de que el final de cualquier período lúgubre será más sorprendentemente beneficioso de lo que parecería posible en medio de las perseverantes confusiones, confusiones éstas que serán, ellas mismas, de una manera extraña, contradictoria, las raíces de la dicha, cuando llegue la hora de que maduren los frutos del árbol de la experiencia.
La tenacidad del Cangrejo emana de su resistencia a soltar todo lo que realmente desea. La pinza del Cangrejo se prenderá con increíble obstinación a cualquier objeto, ensueño (o persona) vehementemente anhelado, tanto si está cerca como si se encuentra en el otro extremo del continente. La cogida del Cangrejo no es fácil de eludir, ni siquiera cuando su tenacidad se manifiesta a larga distancia, y menos aún en condiciones de contigüidad. Por mucho que la chica Pez se zarandee, es difícil que escape por mucho tiempo. Pero generalmente, no derrochará energía tratando de zafarse de los tironeos de su hombre Cáncer. Siente que es maravilloso que la necesiten tanto. Lo es. En verdad, es una de las cosas más bellas que pueden sucederle a una típica mujer Piscis. Igualmente, habrá casos esporádicos, durante su intimidad, en que ella deberá explicarle amablemente a su encantador pájaro loco que es estupendo que a una la necesiten, pero que la posesión puede ser asfixiante. Entonces el hombre lunar se volverá y llorará, silenciosamente… y se sentirá solo y rechazado, sin sospechar que ha sido su propia tendencia «subyugante» la que la ha hecho reaccionar en defensa de su intimidad personal. Su dama Piscis dirá: «Lo siento. No quise herirte. Realmente eres mi favorito en todo el mundo. Ven, ¡iremos juntos a impetrar un deseo a la Luna nueva!». El Cangrejo se animará visiblemente, soltará una risita, la cogerá nuevamente con su pinza tenaz, sonreirá alegremente, y exclamará: «¡De acuerdo, vamos! Apuesto a que puedo adivinar cuál será tu deseo». Entonces Piscis sonreirá dulcemente y responderá: «Por supuesto. Siempre conoces mis secretos. Yo también sé qué es lo que desearás tú». El Cangrejo se estremecerá extáticamente y susurrará: «¡Shhh!
No se lo cuentes a nadie». La mujer Piscis se compromete por su honor a no contárselo a nadie… y ahí se van a algún prado, a contemplar el cielo y a entonar los mantras de sus deseos a la Luna nueva. Pero lo que Cáncer no sabrá es que se equivocó al conjeturar cuál sería el deseo de Piscis. Hay muchas cosas que Neptuno nunca le cuenta a la Luna. Sí, el Pez es un poquito misterioso, siempre oculta algo, o lo transcribe en clave. Lo mismo se puede decir de su hombre Cáncer. El no comparte con ella cada mínimo secreto. Sólo simula compartirlo. Ahora less contaré el resto del secreto mutuo de este hombre y esta mujer que ellos guardan más celosamente. La razón por la cual se plantean tantas adivinanzas recíprocas —Cáncer y Piscis— es ésta: cada uno de ellos quiere estar seguro de que nunca perderá el interés del otro.
Adaptación de Linda Goodman

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¡Me encanta esta historia! Es como leer nuestra historia con mi hombre cáncer (yo piscis a mucha honra jeje).
Hasta me da gusto leer que hay actitudes que son bastante parecidas (por no decir casi iguales!), que sea que actúa de una forma indiferente para no mostrar toda su sensibilidad en el momento de desacuerdo o pelea jeje, y que no sea un desinterés e indiferencia que a veces creo que es. A veces por creer eso me enojo más, me da mucha pena y lloro y hablo y hablo y no se me entiende nada jajaja, porque me extraña y desespera, ya que sé que me ama mucho. Pero leyendo esto, una vez más me doy cuenta de que no todos somos iguales, y que con el tiempo nos conocemos mejor y aprendermos a tratarnos mejor ante situaciones así.
Y sobretodo y lo más importante, que el amor es verdadero, fuerte y va a durar la vida si lo cuidamos como lo hacemos ahora, porque yo al menos nunca había estado con un hombre que me ame completa como soy, sin contar lo celosa y media insegura, pero que voy mejorando con el tiempo, porque quiero ser la mejor mujer para él, aunque aún así es bastante tolerante con eso y me da apoyo para darme la mayor confianza y mejore ese aspecto de mi ❤️ Cómo no amarlo ❤️ Mi cangrejito más hermoso.
Ok, demasiada azúcar en todo lo que escribí… Necesitaba expresarlo 😁
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Gracias por tu confianza Pamela
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Gracias por la guía, si no fuera por esta información lo habría perdido. Nos conocimos un día y pasamos esa noche juntos, al día siguiente volvió a su país al otro lado del mundo. Tenemos una linda relación a distancia de 3 meses donde hablamos cada día y ha sido difícil entendernos con diferencia de culturas e idiomas, pero esta extraña conexión telepática me ha dejado ver q para recibir debo entregar primero y q su indiferencia era simple inseguridad en respuesta a mis dudas de mantener esta relación. Mientras mas estable es mi accionar con él, más seguro se siente y todo fluye….
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Gracias a ti linda por compartir tu experiencia.
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wuaoo! que hermoso la mujer de picis es lo mas maravilloso que me ha pasado en esta vida me trata como a su niño su bebe me duermo en su regazo y hasta lloro.
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