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La relación TAURO-SAGITARIO

 

Los Toros no cambiarán su paso lento, estable, así que le toca a Sagitario dejar de correr un rato, de cuando en cuando, si es que estos dos han de asentarse alguna vez para sacar partido de las diversas ventajas que puede suministrarles la vibración de su configuración de signos solares 6-8. Como el símbolo de los Arqueros es el Centauro, mitad caballo y mitad hombre, su asociación será, en un cincuenta por ciento, bastante desgarrante. Digo esto porque Sagitario vuela a menudo a países extranjeros (o sueña con volar a ellos). Casi todos los Arqueros anhelan secretamente convertir los viajes en un medio de vida, y de una manera u otra la mayoría de ellos se las apañan para conseguirlo. Cuando los Sagitario,  los filósofos alegres, utilizan la parte animal, o posterior, de su símbolo, el Centauro, los Toros los encuentran muy divertidos. Los Tauro aúllan de risa ante las bufonadas grotescas de los Arqueros, que tropiezan con las palabras y los pies. Proyectan un halo de ternura y protección hacia la mitad equina de Sagitario, jovial, bien intencionada, benévola y un poco desmañada.

Pero apenas aflora el lado humano de los Arqueros, Tauro se queda perplejo y fastidiado. Cuando los Toros ven cómo los Sagitario desempeñan el papel de idealistas serios, que se baten encarnizadamente en los tribunales, en las aulas, en la pantalla de televisión o en una tribuna política, no saben si aclamarlos… o temerlos. La entrega total de Júpiter al presente puede comprometer a los Sagitario en una feroz batalla contra el Sistema, batalla que generalmente chocará con la naturaleza más conservadora de Tauro, y hará que los Toros se replieguen sorprendidos y se pregunten: «¿Quién es esta extraña criatura, que cabalga como un soñador, atacando los robustos y sólidos molinos de viento de la sociedad?». Un caballo de carrera desmañado, pero a veces también garboso, puede resultar muy simpático y apropiado para soltar unas carcajadas, pero un idealista atolondrado que amenaza con agujerear la trama de la cómoda rutina puede ser francamente peligroso. Tauro no encuentra la manera de tratar sensatamente con un Sagitario enardecido hasta el colmo de la temeridad por una determinada causa (preferentemente perdida, porque éstas te producen mayor placer cuando las ganas… y con suerte, los Arqueros ganan casi siempre).

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Todo Sagitario (incluidos los extravertidos y los introvertidos) es en el fondo un optimista de ojos refulgentes y cola hirsuta, que cree interiormente, todo le caerá del cielo, y que después derrama lagrimones amargos cuando no pasa nada… lo cual, desde el punto de vista de Tauro, se lo tiene bien merecido por esperar demasiado de la vida. Los Toros son pesimistas de ojos claros y cola lisa, que nunca esperan que algo les caiga del cielo… así que cuando pierden un par de medias en la lavadora automática se lo tienen bien merecido ellos, desde el punto de vista de Sagitario, por imaginar siempre posibilidades negativas. Sagitario no soporta a los Tauro que andan por el mundo cariacontecidos, esparciendo mal humor. Las lágrimas del hombre, la mujer o el niño Sagitario pueden ser muy húmedas y copiosas, pero se secan rápidamente cuando el eterno arco iris de Júpiter asoma para rodearles los hombros y bañarlos de nuevo con colores optimistas.

Ésta es una configuración de signos solares 6-8, que pone énfasis en el servicio, la salud y todo tipo de misterios. Como Sagitario representa para Tauro «el dinero ajeno» (entre otras influencias de la octava Casa, que son distintas para cada asociación individual de signos solares entre estos dos) es posible que los Arqueros se encarguen de recaudar fondos para que los Tauro materialicen sus gigantescas iniciativas. Como Tauro representa para Sagitario la sexta Casa astrológica de trabajo, deber y servicio, no es raro que estos dos se asocien en una empresa común que combina la aptitud de Júpiter para la promoción y ventas con la habilidad de Tauro para construir un cimiento sólido (que es muy útil, cuando los Arqueros montan sobre la mitad posterior de su símbolo, el Centauro, y se desploman junto con sus esperanzas). Los Toros admiran las imágenes excitantes que forjan los Arqueros, pero se inquietan y desconfían cuando Sagitario aplica la pintura con pinceladas demasiado anchas y utilizando colores demasiado chillones para el gusto práctico de Tauro. Los Sagitario discurren por el mundo cometiendo muchas torpezas y dando muchos tumbos, pero tienen tantas probabilidades de tropezar con una racha de suerte químicamente pura como de caer de cabeza en una alcantarilla abierta.

El primer accidente es producto de su fe, su coraje y su optimismo maravillosos… el segundo, de su visión obstruida. Las probabilidades de caer en una zanja aumentan, naturalmente, cuando el Sagitario escudriña el cielo, dispara flechas en dirección al futuro y no mira por dónde retoza. Como los Toros generalmente tienen la vista más o menos fija en el suelo, pueden ayudar a Sagitario a eludir las alcantarillas abiertas y otras trampas que los aguardan. Estos dos pueden formar un equipo realmente formidable en el mercado de valores o en cualquier tipo de empresa ligada al azar. Si existe entre ellos un aspecto Sol-Luna armonioso, es posible que se conviertan rápidamente en personas de dinero. En verdad, tendrán mucho éxito en cualquier tipo de proyecto en el que intervenga el dinero —el suyo propio o el de los demás— ya se trate de cultivar frutas y hortalizas con abonos orgánicos o de vender carros deportivos. Esta asociación se encuentra en todas las actividades, desde la industria cinematográfica hasta la cría de caballos de raza, desde el periodismo hasta las iglesias. (La mayoría de los Toros son bastante dogmáticos en lo que concierne a sus creencias religiosas y generalmente son muy leales a la religión de su infancia… y todos los Arqueros tienen una marcada veta religiosa, aunque a menudo ésta es intrincada y retorcida.)

Normalmente, el Tauro se mantiene aferrado a los vínculos familiares. El Toro sacrificará mucho por sus seres queridos, y soportará inmensas penurias por ellos. Los Sagitario también están dispuestos a echar una mano y brindar una palabra de aliento a sus familiares… desde lejos. Los Arqueros típicos y sus familiares no se prestan ayuda económica recíproca. Sagitario tiene más interés en promover el bienestar de la humanidad en conjunto que en prodigar excesiva atención a su casta. Esto queda para los caballos, ¿verdad? Sí, y también para los Centauros semiequinos, si les dieran una mínima oportunidad a sus familiares. Estos dos signos solares olfatean a un hipócrita o un farsante a un kilómetro de distancia, y ninguno de ellos es proclive a decir una mentira para salvar la cara o simplemente por cortesía. Generalmente los Toros proclaman la verdad tal como la ven, enérgica y claramente. Sin embargo, cuando piensan que ésta puede lastimar realmente a alguien, prefieren echarse un candado a la boca y no decir absolutamente nada, con tal de no crear disgustos innecesarios, siempre que no se trate de un asunto urgente. El Arquero no es tan renuente. Todos los Sagitario irradian un tipo especial de franqueza… brutal. A veces la verdad duele, pero los Arqueros permanecen beatíficamente ajenos a ello cuando se desboca su indignación. Es inútil pretender que estos individuos repriman su integridad propia de Júpiter, pero pueden tratar de diluirla un poco.

De nada sirve devolverle el cumplido a un Sagitario, porque la verdad nunca descalabra la compostura de Júpiter. La mayoría de los Arqueros la aceptarán jubilosa, filosóficamente… y les asombrará sinceramente que los demás sean tan quisquillosos y renuentes a enfrentarse con los hechos descarnados, ya sea que la flecha aguzada de la verdad esté dirigida contra ellos o contra otra víctima. Los Sagitario tornan la vida y a la gente al pie de la letra, a medida que retozan por el mundo, esparciendo su buen humor y descerrajando la verdad con sus joviales vibraciones de Júpiter. Los Toros pueden encabritarse cuando les asestan un golpe entre los ojos, pero normalmente se trata de almas plácidas y pacientes. Desgraciadamente, la placidez y la paciencia fastidian a menudo a los Arqueros más impulsivos, cuando éstos deben soportarlos durante mucho tiempo. A veces el Sagitario tiene la impresión de que los Toros dogmáticos y cautelosos son tan lentos como una legión de caracoles. Sin embargo, si estos dos resuelven correr un albur, y combinan la suerte y la lógica de Júpiter con la perspicacia y el sentido común de Tauro, tienen grandes probabilidades de enriquecerse juntos. E-N-R-I-Q-U-E-C-E-R-S-E. Este mensaje les llegará a los dos, potente y nítidamente. A Tauro le gusta conservar el dinero en el banco. A Sagitario le gusta mantenerlo en circulación.

Adaptación de Linda Goodman

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