Observen cómo pasan sobre las ramitas caídas sin producir el menor ruido. Lo único que se oye es su respiración un poco agitada. Quién sabe cómo, ha circulado el rumor de que los Tauro tienden a excederse en el peso. No es cierto. Sí, algunos son más bien rollizos, pero la mayoría, no. Les encanta cocinar y les encanta comer, pero normalmente la espléndida contextura del Toro transforma cualquier exceso de calorías en músculo sólido. A las mujeres Tauro, la buena comida sólo parece conferirles un aspecto de robusta coordinación, y una gracia lerda, sensual. Por supuesto, siempre hay excepciones inevitables, pero la verdad es que los signos solares Cáncer y Libra son más propensos que Tauro a la gordura y las curvas superfluas. (He dicho propensos, eso es todo, propensos) Se me ocurrió mencionarlo, para dejar satisfechos a los Tauro que lean esta sección. Otra falacia acerca de estas personas consiste en que son perezosas. Los Tauro no son perezosos. Sencillamente sustentan la teoría de que derrochar energía es un pecado, y por eso es raro que los sorprendas moviéndose deprisa. Los Tauro tienen tanta fuerza porque los Toros típicos la conservan, así como conservan su dinero. Cuando juntas a dos Toros, es difícil conseguir que inicien cualquier tipo de acción instantáneamente (a menos que estén encolerizados, pero ya hablaremos de eso más adelante). En verdad, movilizar a dos Toros es dos veces más difícil que movilizar a un Toro (he aquí un ejemplo de la lógica tipo Tauro, sencilla y sensata).
Imaginen un par de montículos de tierra suculenta, inmóviles, el uno junto al otro. ¿No es una escena idílica? Ninguno de ellos desea profanar la apacible quietud con una conversación innecesaria. Cuando se encuentran por primera vez, se estudian recíprocamente más o menos en silencio. Nunca un Toro está demasiado ansioso para precipitarse impulsivamente a una asociación con otro Toro (ni con cualquier otro tipo de animal astrológico) antes de haber juzgado cuidadosamente y sopesado seriamente todas las múltiples posibilidades. Esto nos trae al tercer rumor astrológico injusto y falaz: que los Tauro son tercos. No lo son. Sencillamente son resueltos y firmes en el contexto de sus convicciones, y no son esas personas nerviosas que continuamente cambian de idea y pierden la cabeza. Los Toros cambian rara vez de idea, y pierden la cabeza con menos frecuencia aun. Verán, después de tanta reflexión cuidadosa y tanta consideración seria, es harto razonable ceñirse a lo que uno sabe que es correcto. Cuando dos Tauro (cualquiera que sea su sexo) que sustentan ideas distintas entran en estrecho contacto, ambos se muestran aún más razonables en su relación recíproca que en su relación con otras personas de opiniones antagónicas.
Una asociación entre dos Toros, desarrollada bajo el doble peso de una influencia de signos solares 1-1, puede ser plácida, estable y mutuamente reconfortante. Estos seres son normalmente dulces y pacientes como ositos de juguete, respetuosos de los derechos del prójimo, silenciosamente fieles e incuestionablemente leales. Sin embargo, la vida puede resultarles un poco estancada y monótona, a menos que la carta natal de uno de ellos, o de ambos, contenga planetas de signo Aire o Fuego. Los Tauro desconfían del cambio, porque el Toro es conservador, y este no es un falso rumor. Si conocen a un Toro que realmente disfruta con el cambio, y sobre todo con el cambio brusco, fue adoptado o su Luna y/o ascendente estaba en un signo como Aries, Géminis o Acuario a la hora de nacer. Quizás en Sagitario. Los Tauro típicos están precavidos contra las reformas rápidas o las modificaciones súbitas del statu quo, y en este contexto se parecen mucho a las Cabras. Piensan que, en general, las cosas han marchado muy bien, pausadamente, a lo largo de los siglos, así que, ¿por qué perturbarlas, cambiando las reglas y normas de la vida? Para el Tauro medio (admitiendo siempre las raras excepciones que confirman la regla) cualquier tipo de interferencia radical en el hábito fijo (Tauro es un signo fijo, como saben), es insensata. El tiempo siempre ha probado el mérito de los hábitos fijos, y una idea nueva, no verificada, podría no ser más que un plan descabellado, que a su vez podría ser la cuña peligrosa causante del desastre.
Cuando un Toro cambia de idea —cosa que ocasionalmente ocurre— pueden estar totalmente seguros de que dicho cambio ha sido metódicamente planificado y responde a todas las condiciones necesarias de la aplicación práctica. Tauro puede «objetar por conciencia» muchas cosas, pero entre ellas no se cuenta el hecho de enfrentar el peligro físico. En astrología, el signo solar Tauro rige el patriotismo (al igual que Cáncer). Incluso ahora hay Toros dispuestos a participar en demostraciones en favor de nuevas causas como la ecología, la energía solar, la paz verde, los derechos de la mujer, y así sucesivamente, así como algunos de ellos participaron en demostraciones en favor de los derechos civiles de los negros. Al fin y al cabo, ésta es la era de Acuario, y ni siquiera los Toros pueden evitar que los arrastre la ola de cambios violentos. Pero debieron de tardar bastante en decidirse a intervenir en las protestas, y debieron de hacerlo sólo después de reflexionar cautelosamente. Los Toros habitualmente regidos por Venus que posiblemente conocen y que marcharon de dos en dos en los desfiles pacifistas de ayer, olfateando ramilletes de flores, creían espontáneamente en la «Paz» por sí misma.
Pero, en general, los manifestantes «revolucionarios» Tauro se limitaban a mirar en silencio, aferrando un símbolo pacifista, sus velas, flores, barras de incienso o lo que fuere… y es muy posible que algunos de ellos todavía estén plantados allí. La defensa de las costumbres consagradas y el respeto por la autoridad (cuando la autoridad es sensata) son a menudo los elementos que hacen confluir inicialmente a dos Toros… y son el cemento que los mantiene cohesionados. Tauro piensa que, cuando es necesario el cambio, la única forma razonable (¡otra vez esta palabra!) de promoverlo es dentro del sistema. En realidad, los demás deberíamos agradecer como corresponde la presencia de estas almas básicamente bondadosas, fiables, que están tan consagradas al imperio de la razón impasible. Para implantar una paz cuerda y perdurable en la Tierra necesitamos los enfoques variados de los doce signos solares. Pero cuando una pareja de Toros duplica sus rasgos psíquicos innatos, puede solidificarse en un molde con ligeros toques de fanatismo. Ambos están honda y sinceramente preocupados por resguardar sus inversiones, sus bienes, sus familias, sus seres queridos y su país de los extremistas desorbitados. Por supuesto, deben comprender que Tauro puede definir como «extremistas desorbitados» a una pareja afectuosa que se abraza en la calle y que luce en sus pantalones unos adhesivos gemelos con la leyenda: «Haga el amor, no la guerra». ¿Prefieren besar antes que defender a su patria? Para el Toro típico, este género de filosofía roza el anarquismo.
El aspecto potencialmente más difíciles de una asociación Tauro-Tauro consiste en la gran renuencia de uno de los Toros a arrepentirse cuando ha agraviado seriamente al otro. Incluso cuando un Tauro está íntimamente convencido de que él (o ella) se ha equivocado, tiende a defender tercamente lo que ha dicho o hecho imprudentemente, porque confesar un error se aproxima peligrosamente a la debilidad, y la sola palabra «debilidad» hace que el Toro vea rojo. De cuando en cuando un Toro puede halagar al otro hacerlo aflojar y decir «Lo siento», o hasta hacerlo reconciliarse, pero esto no sucede con frecuencia. A veces es útil hacerles cosquillas. Se ríen, se sonrojan y finalmente murmuran: «Oh, bueno, no lo hice adrede». A los Tauro siempre les resulta más fácil retractarse cuando la ignominia de haberse equivocado está abrigada por el manto del humor. Éste amortigua la caída. Cuando el Toro comprende finalmente que la paciencia de Tauro es una virtud bella y deseable, pero que puesta patas arriba se transforma en simple y empedernida testarudez, le resulta más fácil perdonarle a la otra mitad de la pareja taurina sus propios accesos de esa misma «virtud».
Dos Toros pueden trabajar o jugar juntos, y comportarse maravillosamente. Serán recíprocamente dóciles, fiables y dulcemente complacientes… siempre que uno de ellos no empuje demasiado lejos, o con demasiada fuerza, al otro. Casi todos los Tauro tienen un fantástico sentido del humor, y si aprenden a reírse de sí mismos, todos sus problemas de adaptación habrán terminado: No hay nada como un buen chiste para estimular al Toro y ponerlo en movimiento, o para cambiar una posición fija. El humor es una de las cualidades más valiosas que puede poseer un ser humano. Mezclado en dosis generosas con la prodigiosa fiabilidad taurina, puede ayudar a hacer más razonables, y un poco más flexibles, a estos hombres y mujeres tan dignos de amor y ternura. Todo Toro, masculino o femenino, abraza a un osito simbólico para salvaguardar su seguridad emocional. Así que ya ves, ustedes dos son seres realmente muy dignos de ser amados, no tan implacables y tercos como parece indicarlo su comportamiento ocasional. Y pueden estar también seguros de que todo Tauro esconde un espíritu bromista tras la fachada silenciosa. Cuando cada uno de ellos permite que el otro vislumbre ese espíritu, el humor fecundo que estos dos comparten en su asociación de signos solares 1-1 se desencadenará como una fresca lluvia de felicidad, para lavar a fondo los tenaces recuerdos del dolor que se infligieron mutuamente… y para permitir que las flores del perdón crezcan en sus corazones.
Adaptación de Linda Goodman
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